Rescate del Alma

Cualquier persona que haya tenido un trauma, desde la perspectiva chamánica, puede  que  haya  sufrido  una  pérdida  de  alma.  Por  alma  entendemos  la  esencia espiritual necesaria en nuestra vida, que está con nosotros desde nuestra concepción hasta nuestra muerte. El método de sanación para curar la pérdida de alma se llama “recuperación de alma”, uno de los clásicos métodos chamánicos donde el chamán va en busca de las partes del alma para traerlas de nuevo al paciente.

La perspectiva chamánica no difiere tanto de la psicología en la concepción de que cuando alguien sufre un trauma se disocia de ello, provocando muchas veces hasta el olvido del evento. El chamán también sabe que con esa disociación, muchas veces esa parte se desplaza para refugiarse en otro lugar menos hostil. Eso deja a la persona vulnerable y con menos presencia para afrontar la vida, debilitándole su fuerza vital.
Es trabajo del practicante chamánico el ir a buscar, con la ayuda de sus guías espirituales,  esas partes de Alma y traerlas de regreso.

Es muy importante entender que NO se devuelve el trauma que causó la fuga, sino la fuerza vital de ese fragmento de alma que se fue. Una vez recuperada se integrará de nuevo en la persona para que a partir de ese momento se pueda sentir más completa, pueda ser más ella  misma y vivir con armonía.

¿Para qué se necesita una Recuperación del Alma?

Todos  hemos  sufrido  traumas  físico/emocionales  graves  o  menos  graves  que posiblemente hayan causado que parte de nuestra esencia nos abandone para escapar del dolor. Dejándonos a lo largo de la vida con una sensación de que nos falta algo pero no  sabemos qué es. Accidentes, abusos, perdidas de seres queridos pueden causar una pérdida del alma. Aunque también alguien puede quitárnosla inadvertidamente a  través de las envidias o se la podemos dar a alguien como en casos de codependencias.

También es importante tener en cuenta que no todos los traumas acaban en una pérdida del alma. Ya que, dependiendo de cómo estaba la persona de fuerzas en el momento de la experiencia, muchas veces somos más fuertes de lo que creemos.

Tal como lo investigara Mircea Eliade, la pérdida del alma, es el origen de muchos males y enfermedades, principalmente de la falta de poder. Muchas de nuestras carencias en las áreas afectivas y afirmativas de nuestra personalidad, se deben a que en algún momento de nuestras vidas, por diversos motivos que significaron un gran impacto y/o trauma en nuestras vivencias, se produce un desprendimiento de parte de nuestra alma, sólo una parte, ya que de perder toda el alma, no sobreviviríamos. Desde la perspectiva chamánica, las personas que sufren una gran pérdida son aquellas que quedan en estado de coma o vegetativo.

La principal tarea del chamán es viajar con sus animales de poder en busca de estos fragmentos de alma, recorre los territorios de las almas perdidas y las regresa, por medio del viaje, conoce los mundos del consultante y los motivos que alejaron el alma, lo que permite sanar a la persona al regresarle ese potencial que supo tener y perdió. Conocer los mundos donde habitan estas almas es de vital importancia para la recuperación de la persona, ya que brinda datos que le ayudarán a comprender cómo y porqué perdió su alma, y esto contiene a su vez la sanación del momento de la pérdida. Este aspecto puede ayudar a los psicólogos que buscan ampliar el marco de conocimientos para la recuperación de sus pacientes.

Algunos signos de posible pérdida del alma:

-pérdida de memoria
-depresión
-duelos eternos
-enfermedades crónicas
-estado de “ausencia”
-falta o disminución del poder personal o vitalidad
-tristeza
-desconexión
Y muchos más, pero todos tienen en común la ausencia de la esencia vital.

Cada día nuestro mundo nos brinda más y más situaciones de pérdida de alma debido al impactante estilo de vida que llevamos, donde es cada vez más importante el hacer y el tener que el ser, por lo que el alma cada vez necesita más cuidados y atención para permanecer en nosotros, esto sin contar los casos de robo y posesión del alma, que aumentan los casos de pérdida.
Como el alma se pierde por fragmentos del aura, lo mejor es propiciar espacios de encuentro con uno mismo para cuidar y proteger nuestra esencia, disminuyendo las posibilidades de pérdida. Un aura fuerte se logra aumentando la energía, la alegría y la armonía. Eligiendo cuidadosamente las relaciones y fortaleciendo aquellas que nos hacen bien.

Es aconsejable recurrir a la técnica de rescate del alma cuando, habiendo trabajado con iluminaciones chamánicas y otras técnicas, no se logra solventar un determinado problema.